Los trastornos genéticos no se pueden
prevenir, ya que es imposible modificar el ADN una vez se empieza a formar el
zigoto. Sin embargo, existen dos técnicas que podrían evitar la presencia de
estos trastornos:
1) Identificación de familias de riesgo y
consejo genético: basada en una historia familiar, se identifican los grupos
portadores de mutaciones genéticas y se calcula la probabilidad de que aparezca
la alteración familiar en las siguientes generaciones. Esto con el fin de que
se tomen decisiones reproductivas.
2) Técnicas de reproducción asistida: al
realizar una fecundación in vitro, se puede realizar un diagnóstico de los
embriones antes de ser implantados y así escoger el que no tenga un gen
alterado o anomalías estructurales cromosómicas.
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